jueves, 15 de diciembre de 2011

"LA TUMBA DE AKR CAAR", Ezra Pound


Yo soy tu alma, Nikoptis. He velado
estos cinco milenios y tus ojos muertos
no se movieron ni nunca han respondido a mi deseo,
y tus miembros ligeros, que atravesé en llamas,
no han ardido conmigo ni con azafranada cosa alguna.

Mira, la hierba leve se levantó para hacer tu almohada
y te besó con una miríada de lenguas vegetales;
mas tú no me besaste.
De tanto leerlo gasté el oro de la pared
y fatigué mi pensamiento en los signos.
Y no hay nada nuevo en este sitio.

He sido amable. Mira, he dejado los cántaros sellados
por si despertabas y murmurabas por tu vino.
Y he mantenido suaves las túnicas sobre tu cuerpo.

¡Oh despreocupado! ¡Cómo podría olvidar!
-Hasta el río hace tanto tiempo-
¿el río? Eras menos que joven
y tres almas vinieron sobre Ti
y yo vine.
y volé sobre ti, las hice huir;
he sido íntima contigo, te he conocido.
¿Acaso no he tocado tus palmas y las puntas de tus dedos?
¿Acaso no me he deslizado a través tuyo hasta los talones?
¿Cómo entré? ¿Acaso no soy yo tú y Tú?

Y ningún sol viene a socorrerme en este lugar
y estoy desgarrada contra la oscuridad tenebrosa;
y ninguna luz me golpea y no dices
palabra, día tras día.
¡Oh! podría salir, a pesar de las marcas
y toda su hábil labor sobre la puerta,
salir a través de los campos de verde cristal...

Mas hay quietud aquí.
No me voy.

Ezra Pound

Pintura: "Pharaohs handmaidens" (" Las sirvientas del faraón"), John Collier (1850 - 1934)